sábado, 11 de marzo de 2017

DOLORES FUERTES.- Cuentos de Médico.


Fue  no más arriba del  90 cuando sucedió.  El pueblo  pequeño lo habitaban no más de un mil y poco más de almas. Todo era tranquilo, la vida lo era, nunca sucedía nada fuera de lo corriente. Casas de cientos de años, Calles empedradas, un parquecito, una pequeña farmacia, iglesia en lugar predominante, un puesto policial, un par de bares y No había médico.  Era un pueblo de gente buena, donde todo transcurría sin sorpresas, solidarios entre ellos, la amistad era familiar, tenían como bandera valores buenos y se jactaban de ello, no como en las ciudades, que cada vez más el tiempo diluía los valores… el sentido del honor, la palabra, son cosas sagradas…

El y ella con pocos años de diferencia se conocieron infantes en esas viejas y estrechas calles, silenciosas y solitarias, testigos de su crecimiento y nacimiento del amor, que como crece la hierba en el campo, natural y sin abono, brotó también en ellos  y los acompañó desde entonces.  
De novios largos años pasaron, no se sabe si por los apuros de las amistades o la exigencia del cura, que quería hacerlo antes de jubilarse, el caso es que contrajeron santo matrimonio. Todo felicidad fueron esos días, bendiciones y parabienes… todos coincidían.. ¡Que estupenda Pareja! -¡Ahora están como Dios manda, no vaya a sufrir tentaciones! decían-.

 -Entregó su virginidad, su mayor  tesoro ya avanzada en años… y ahora quedaba probarse,  él… pero no llegaba… no sucedía nada cada mes que lo pensaba… el tiempo se deslizaba presuroso y  nada de nada. Él imaginaba...a la gente murmurando, dudando de si servía o no. ¿Sería ella, o sería él? sus vecinos, lo eran de  lenguas inquietas y  bajo volumen, repartían bien.  Aquello que debía hacer todo hombre macho, le preocupaba que no surgiera, hasta que un día, luego de muchas misas, vitaminas y mieles de abeja Reina, por fin quedó en cinta.         -¡Se cumplió viste! decía Antonia a Genaro, ya lo dijo el cura, a mi me sucedería como a Sara la de las  sagradas escrituras-.  

- El padre Honorio, siempre los animó, y ahora celebraba con ellos y con el pueblo en  misa, la buena noticia, Antonia estaba embarazada y oraron por ellos.  Salían de la iglesia reconfortados, recogidos en espíritu, y felices.  Ahora si, ahora si,  Genaro en su sentir estaba completo… se había autenticado por fin, y Antonia, impregnada a los 41, su óvulo fecundado, y su corazón henchido de gozo.  ¡No podían ser más felices en el transito al parto feliz!   Se produjo en primavera, y una preciosa niña de 4 kilos llenó su mundo.  Florcita la llamarían, pero fue el cura quien dijo, que de eso ni  hablar, que se llamaría Flor de María y así le mojó la mollera,  pero quedó Florcita para todos los demás. Vivieron días felices. 

A partir del año, a ellos también les cayó una crucecita… la niña había nacido con una especial predisposición a enfermar, con mucha frecuencia, fiebres, dolores de oído, garganta, caídas, tropezones, eran motivo de ansiedad y angustia para los padres, que sentían en cada episodio un dolor vivo en su alma. Era permanentemente la preocupación por Florcita, un sinvivir, cuando no era una cosa, era otra, siempre había algún percance a la vuelta de la esquina, y dolores, siempre, dolores de barriga... terminaron aceptándolo a fuerza de realidad como mal menor, pues a pesar de ello la niña crecía en gracia, buen comportamiento y belleza.  Jóvenes y mayores, familiares y no,  hacían felices observaciones.  El que florcita fuera tan  admirada, volvía especialmente elevados  los corazones de sus amorosos padres.

Y florcita fue dejando de ser florcita, transformándose en una exuberante, hermosa y bella rosa de pétalos delicados, embellecida por finas gotitas de ese  rocío hormonal propia de la edad, y cuyo aroma se esparcía a su alrededor creando apetencias.  Dócil, más bien tímida, bien comportada dentro y fuera de casa, salía poco, a misa siempre, y alguna que otra vez con amigas a dar pequeños paseos. 

La joya se lucía por el pueblo y alguna que otra vez por las cercanías.  Seguía siendo enfermiza, siempre le pasaban cosas, en una ocasión, Antonia y Genaro se asustaron al verla llegar con un pie escayolado. Los dolores de barriga desde los 7 años siempre presentes de tarde en tarde a fuerza de no quedar en nada, habían dejado de preocupar…  El aroma de esta rosa fresca se difundió más allá del pueblo.

Fue en Primavera cuando de repente Florcita para sus padres, comenzó a sufrir de apetito voraz,  y claro, aquella belleza  fue menguando a la par que iba aumentando tallas…siempre tenía algo en la mano llevándose a la boca, fácilmente se subió encima 20 kilos…  su mamá preocupada al principio, solo aconsejaba, pero  a medida que se infló más y más, la llevó al doctor de la mente, porque le habían dicho por allí, que podía ser “Bulimia Nerviosa”, pero  nada…  florcita seguía metiendo y metiendo, se despertaba por las noches directo a la nevera, y volvía a la cama masticando cosas… a la mañana siguiente las huellas…Antonia encontraba en falta yogures, panes, etc.  Se había tornado a una Gorda fea de cuerpo que sobresalía por todos lados, su rostro recordaba líneas bonitas pasadas, conservaba  su estilo y valores que siempre habían sido buenos.  Varió su indumentaria y se acostumbró a ropa amplia vaporosa, y se maquillaba notoriamente.

Un día, a la luna se le ocurrió ponerse redonda completamente, en invierno sin lluvia,  un paisano que en esos momentos se despedía de nuestros amigos, al salir a la calle se percató y para sus adentros dijo: “¡Ummmm!, esa luna anuncia algo y no es lluvia precisamente…” desconcertado y temeroso se fue rapidito a su hogar. 

Aquella misma tarde noche sobre las 19 horas, volvió el dolor de barriga, la niña lo sufría en silencio en su cuarto, luego más fuerte la obligaron a quejarse… allá al rato fue inevitable que  sus padres lo supieran. No quería, estaba abstraída, como en otro mundo, los dolores la hacían volver, cara gacha, pelo cubriéndole gran parte del rostro adolorido, fue lo que vieron los padres cuando decidieron llevarla al hospital de la ciudad capital, muy preocupados porque intuían que ahora este dolor les iba a dar un disgusto grande, en su cara se reflejaba incluso más dolor que en la propia hija, que ahora sumaba 20 años.  La  angustia de padres aumentaba a cada episodio de dolor…- Estos médicos nunca dieron con lo que le pasa a la niña desde los 7 años, yo sabía que esto iba a reventar por algún lado decía Genaro, ojalá y Dios bendito no sea grave, aunque le veo mala cara-  Ambas personas mayores encanecidas y envejecidas más aún al instante, con el sufrimiento de la niña, llegaron al Hospital con el corazón en la boca.

Ese día de noviembre había pocos pacientes y platicaba yo, con el Dr kadet, un negrote dominicano bonachón y sabio de 2 metros de altura. Ya experto en urgencias y en la vida, fue el que atendió a Florcita…  directamente a la camilla, otro dolor intenso aparecía en ese momento.  La chica lloraba y se retorcía..  Gorda, ancha de caderas, y abultada de abdomen, parejo con el pecho cuyas protuberancias dejaban  recta una línea de sus senos hacia rodillas tapadas.. ¡vamos, un tonelito!.      – 
-Por favor, Dr.Glez, ¿quiere salir con los padres, tranquilizarlos, mientras hablo a solas con Florcita? dijo del Doctor.
-   ¿Florcita? me dije al interior…  
-  Sabiendo de la experiencia, sagacidad y perspicacia que caracterizaba al compañero, obedecí extrañado.  Salí de la consulta  con esos padres que morían en cada quejido de la niña,   - Es solo un momento, les decía, es mejor que el doctor la examine sin Uds. Ahora sale y les explica o les hace pasar-. la madre compungida, con un rosario en la mano, el padre de pie, firme, serio, pálido, ojos hundidos, me oía pero no me oía, con la vista puesta en la puerta de la consulta..

De pronto, se abre violentamente la puerta de la consulta 6, el moreno doctor, preocupado y  apurado, que surge por ella grita a derecha  ¡¡ Llaaméénnn a la Matróna!!.   Al frente ¡¡ “a su hija no le pasa nada, está a punto de tener un niño!!  ¡Van a ser Uds. Abuelos!  -Silenció de segundos sepulcral.- 
¡Quéeeeeee! Los ojos del señor se salieron de sus órbitas, las venillas en su cara se ingurgitaron de sangre, el pelo se le encrespó y se lanzó al cuello del médico.  ¡ ¿Cómo  me va a decir eso??  si mi niña no sale, si mi niña no tiene ni novio!. ¡Como me va a decir eso, si mi florcita, es lo mas bueno y bello del mundo??  El doctor se soltó como pudo de aquel señor que sin duda estaba endemoniado, terminando la  información como pudo, regresando veloz dentro de consulta, mientras en el alboroto más personal acudía en ayuda. Unos segundos después se  oía el llanto de un nuevo ser en el mundo, una bebé.    
Aquel Genaro, con los ojos exorbitados e inyectados en sangre, puños cerrados, vomitó  improperios sobre la hija tan querida, tan idolatrada tan solo unos minutos antes,  palabras indecibles, irrepetibles salieron por aquellas fauces del hombre tornado demonio que sentía hundirse el mundo entero bajo sus pies.  Salió raudo a grandes zancadas, gritándole a su mujer… ¡vámonos! ¿ya no tenemos hija, ha muerto! ¡Vámonos! ¡Cómo vamos a volver ahora al pueblo?! Y seguía caminando a prisa,  escupiendo palabras feas. Invadido por la locura, la ira, la impotencia ante los hechos, que a su entender destruían su trabajado honor de años.


 Antonia le siguió despacio llorando en silencio…  No sabemos en medio de la noche  donde se dirigió.  Un par de enfermeras de vocación, siguieron a la dolorida Madre, le hablaron, la abrazaron, le dieron cariño, le razonaron, y le hicieron ver con otros ojos lo que acababa de suceder…  regresando a donde su pequeña, su linda florcita que acababa de dar a Luz a una hermosa niña.  Se le ablandó el rostro y el corazón, y una sonrisa leve asomaba cuando se abrazó a su hija,  que repetidamente pedía perdón con llanto desconsolado de arrepentimiento, de felicidad  y era imposible frenar, y ni falta que hacía.


11-03-2017.
Huelva.

Dr. Roberto González G.
Gastroenterología- Endoscopia Digestiva. 

jueves, 9 de marzo de 2017

MISERICORDIA-. Cuentos de Médico


Rafaelito, un personaje entrañable, que conocí hace años, trabajador en un Hospital. hombre que rondaba la cincuentena, moreno,estatura media, y siempre , con una sonrisa para el y para los demás decía. Cumplido en su trabajo. 

Me lo encontraba por los pasillos y siempre había un ¡hola Dr. González!,   ¿como está?   ¿un cafelito Dr. Gonzalez? y tomábamos el café.  
Un día me lo encontré en domingo y vestido de paisano.   ¡¿Que haces aquí, Rafael?  hoy es Domingo. 

-¡Un cafelito y se lo cuento… -me invitó el-. 

-Es que me gusta venir a misa aquí al hospital los domingos, y también paso a visitar los enfermos. Lo hago todos los días, pero el domingo les puedo dedicar mas tiempo… por eso estoy aquí.. 

-¿y de que les hablas Rafael? debe ser difícil eso de entrar y allí , ála sin conocer a nadie, presentarse y hablar...  

-Pues fíjese que no.  Yo no pienso en lo que tengo que decir... sale solo. Son enfermos, estan sufriendo, necesitan atención,compañía, entretenerles, distraerles, darle esperanza, darles confianza, hacerlos positivos. Les hablo de cualquier cosa, tras presentarme...   y luego ya nos hacemos amigos, amigos.. 

-¿y desde cuando haces eso? 

-Desde hace mucho tiempo, tras que comprendí que esto, es una minucia en relación a lo que yo he recibido… yo estuve en parada cardiaca, y Dios quiso que siguiera en esta vida. Lo menos que puedo hacer, es dar, hacer un poquito por el prójimo, siempre sonriendo.


No tuve menos que felicitar aquel personaje alegre, entrañable, cristiano, y agradecido de Dios.. y desearle larga vida.



Huelva- 9 de marzo de 2017.
06-12-2014.

Dr. Roberto González G.
Gastroenterología- Endoscopia Digestiva.

lunes, 6 de marzo de 2017

HOY.- Reflexión


Hoy casualmente me encontré con esto, escrito hace ya algún tiempo y por algún motivo no fue sacado a la luz y  no encontré un motivo para no publicarlo hoy. 

El motivo para hacerlo es que pensaba en este tema  por cosas que pasan a mi alrededor, y al estar en una red social, que es casi, como estar en la calle o en el barrio con amigos, familiares y conocidos, es habitual que la mayoría de los que vemos, escribimos y hablamos nos entretengamos un rato. Es agradable leer cosas bonitas y consejos, aunque luego sean muy pocos los que tomen nota y se ejerciten en ello… 

Hasta que viene el lobo, y le vemos la trompa abierta, con los colmillos babeantes, mirada – pecaminosa-, a punto de saltar.  Es entonces cuando suenan los lamentos… Una tía abuela bien mayor decía,  nadie se acuerda de san francisco hasta que truena.- 


Cada día trae su propio bien y su propio mal.   Quién no ha sufrido un desengaño, quien no ha sido objeto de mentiras, de caídas, dificultades, de querer y no poder, de buscar oro donde solo hay pintura amarilla, quien no se ha frustrado buscando, luchando, y no alcanzando… metas equivocadas.

Todos saben, conocen, la incertidumbre del presente, lo han visto, lo han experimentado. En estos momentos tenemos una taza en la mano, y al ponerla sobre la mesa, se nos escapa, cae y se rompe. Y ya no existe dicha taza. 


Cuántos  de los que teníamos en nuestro club de FB, de repente desaparecieron por aburrimiento, por optar mejores opciones, o porque enfermaron y murieron. 

Todos mostramos nuestra mejor cara  al salir a esta pasarela de Facebook,  y somos fuertes, ecuánimes, sensible, alegres, etc, etc..  pero el lobo está siempre cerca de nosotros y no sabemos en qué instante saltará y nos despedazó.  

Hoy tenemos una nueva oportunidad, hoy estamos vivos, no importa que estemos enfermos, estamos vivos y por tanto tenemos esperanza, hoy puede ser un buen día para ponernos en orden.  


No hagamos como aquella mujer del cuento que se compró un lindo vestido rojo y lo guardaba para una feliz ocasión, sé por mi particular oficio, me mantengo en contacto con equilibrios precarios de salud y porque también puede uno ser objeto de enfermedad o crisis, por ello al cumplir años, y ser consciente de lo que atrás  he venido hablando,  me he vuelto más bueno, significando bueno no una flor en la solapa, sino una actitud de no hacer daño y si puedo ayudar hacerlo,  por ello escribo…

 

Ayer alguien que estaba sano, dejó de estarlo, ayer algo me golpeó el sentir fuertemente.   Ante las miradas de los médicos la situación es grave, pero veremos dónde llegamos... ellos lamentan, pero no se interesan mucho por el drama que rodea a una familia, cuando sucede algo así,  o en general es así, eso queda para la familia, y para amistades que de refilón se enteran y lamentan poniendo cara de tristeza y compasión…   

Las cosas, los hechos buenos o malos, suceden sin previo aviso, generalmente los negativos y dejamos ya de sonreír, porque nuestro tiempo acaba.  O no, pero ya no  es igual en el futuro.


Hoy he querido escribir sin detalles, porque los detalles no sirven más que para  una discreta forma de morbosidad humana, me interesa llamarles la atención para la conclusión.


 Es, amen su día, amen su estar bien hoy.  No vayan por el mundo muy centrados en el Yo, egoísta y empobrecedor.  Disculpen las molestias que reciban, y sobretodo no se abstengan de dar amor.  

No cansen a quien les dá amor…   Hoy puede ser el final de la existencia o No.


Huelva- 6 de marzo-2017. 

Dr. Roberto González G
Gastroenterología-Endoscopia Digestiva

viernes, 3 de marzo de 2017

UN PARTO FELIZ.-Cuentos de Médico.

Entró rapidito y se sentó frente a mi, a su derecha una hija hacía la compañía,  sus ojos brillaban, sonreían. 

- Creo que nos habremos visto antes, dije. 

- Siiiii, hace muchos meses, y hasta ahora no me han dado cita. Por eso vengo a decirle, que estoy feliz.  -sus ojos segúían sonriendo, pero su cara lloró.  

-¿Se lo digo?,le preguntó  a la hija, esperando confirmación.  

- ¡Mamá por Dios¡  ¿como vas a contarle eso?  ¡por favor madre!   

- Siii, ¿ porque no? si me ha mejorado.  Es médico y dicen que a los medicos se les puede decir todo.. 

-Yo soy Remedios ¿se acuerda? , me había jubilado ya, con 65años, y me quedé viuda casi a la vez, pero ya llevaba tiempo con las porquería de las diarreas. Le conté que llevaba muchos años haciendo la caca suelta, como agua, 3-4 veces al día, eso si, no tenía sangre.   Siempre, con cualquier cosa que comiese ¡ay va! , y un día y otro y otro... No podía salir a la calle, porque me lo hacía encima ¡así no se puede vivir! eso doctor es muy vergonzoso.   Cuando menos me lo esperaba, se me aflojaba el bajante y no controlaba nada, lloraba de vergüenza cuando eso me pasaba doctor.   De manera que tuve que dejar de salir, para no pasar vergüenza y malos ratos. 

Vine al seguro, me vieron, no le dieron mucha importancia, me hicieron análisis, me trataron, pero no me hizo nada lo que me mandaron.   

Y  no es que tenga dinero, ¡pero como tardan tanto y no me habían mejorado! ¡Que iba a hacer!  fui a doctores privados, algunos con nombre ilustre, famosos aquí en la zona, ¡ Y para qué!, me atendieron muy bien, yo tenía toda la confianza en ellos, me hicieron de todo, y repetido, porque a cada uno que iba, me volvía a pedir cosas, ellos decían que era porque se fiaban mas de tal o cual centro, de todo, de todo me hicieron...   mire... 

-Me muestra un fajo  de documentos.

- Pero al final doctor, yo seguía con mis diarreas, y mi problema era grave para mi, porque imagínese... yo no estoy tan vieja para hacérmelo  encima, y estar siempre encerrada.   Todos los médicos que me vieron al final me aconsejaban cuando ya me había  gastado los cuartos con ellos, me dijeron que consultara con un psiquiatra.   Y también lo hice doctor, y también me costó los cuartos que me quedaban doctor,  porque el seguro no lo cubre... de forma que  terminé creyendo que estaba mala de los nervios y que entre la muerte de mi marido y los nervios me  había puesto peor.   
Mis hijos se quedaron mas tranquilos cuando supieron que era de los nervios…  pero a mi nada, yo seguía igual..  no me daba fiebre, pero tenía  diarrea.  ¡Ay! solo que no comiera nada.  ¡ Y entonces, ¿como no iba a comer?, ¡me muero!…

-Y se acuerda, que cuando hace ya muchos meses, vine a Ud. lo miró todo despacito, toodo lo que me habían hecho, lo vio y me dijo, que  no hacia falta repetir nada, que todo se lo habían hecho incluso repetidamente, hasta  un scanner de cerebro me hicieron..jajajaja.   y Ud. me dijo  que solo había una cosa que no tenía hecho, que habían enfermedades que no se ve nada en la tripa, y que había que tomar biopsias de intestino grueso, biopsias especiales que hay que tomar del fondo y  para buscar causas raras, muy poco frecuentes de las dichosas diarreas, y recuerdo que yo al principio no quería,  pero después si acepté, ¿ recuerda?  ¿recuerda?

-Si Remedios, recuerdo ya todo aquello, fue hace tiempo, y estoy viendo en su historial, todo eso que Ud. me ha vuelto a contar.
- Jejeje, ahora si ya estamos, doctor, pues bueno, Ud. me dijo al final que tenía una Colitis Microscópica, una Colitis Linfocítica, y me explicó, esa enfermedad. Me dijo que no se sabía la causa, y me puso un tratamiento para ver como me iba, y que nos veríamos en un mes… y mire lo bien que funciona el seguro, hasta hoy no estoy aquí a verlo.   
Ud. ya sabe...    ¡Así ya Ud. ni se acordaba!   pero ahora si, ahora si se acordó, porque claro Uds. ven cientos de enfermos, ¿como se va acordar?   

-Bien Doctor a lo que íbamos...   -y se vuelve  entonces la señora  de tez blanca, ojos verdosos, brillantes, sonrientes, Pelo claro corto, y otra vez lagrimeando a pesar de sonreír, se vuelve  hacia la hija nuevamente y le vuelve a preguntar...  -¿ se lo cuento?   -sonriendo aquella también entre sorprendida e  incrédula, se le salía la risa, que no podía mas... se tapa ligeramente la boca con la mano,  y le dice ! No mamá por favor!.  
-Remedios inmediatamente se vuelve de nuevo hacia mi, y me dice.. doctor, Ud  perdone si le parece una cochinada, pero para mi no lo es…   
-Yo realmente sorprendido, ya me esperaba cualquier cosa, aunque no algo de falta de respeto claro, no nada de eso.  
Las personas sencillas, humildes, que viven en los pueblos  son sorprendentes, casi como  los niños, lo sueltan todo al natural.   

-Le dije, a ver Remedios, que es lo que va a decir,,,  tu hija no está de acuerdo, la enfermera por la cara que le he venido viendo, si.  Pareciera estar deseosa de que lo cuentes,  así que dilo, que ya estoy curioso.  

-  Bueno, doctor, pues fíjese, Ud, me puso aquel tratamiento, y los primeros días, no me hizo nada, pero como a la semana, empecé a notarme diferente, y un bendito día, sentí que daba de cuerpo de otra manera, y me salía mi  caquita ya formada, yo lo sentí, bieen formadita, me levanté y vi una cosa así, mire...    -Mostrándome con el dedo índice tieso,  como de bien formada le salía su caquita-.    
-Y doctor, yo lloré ese día , lloré de alegría porque llevaba muchos años sin dar de cuerpo bien dado, y fue gracias a Ud, doctor, ahora estoy y me siento bien, estoy muy contenta, por  eso sonreía y lloraba cuando volví a verlo, Jejeje.

- ¡Que bueno Remedios!   Ha tenido Ud, un embarazo de muchos años, y un parto feliz, porque lo que me ha contado casi es como un parto.   Y todos nos reímos juntos, jajaja.



Sevilla, 3 de Marzo de 2017.
07/11/2015
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Dr. Roberto González G.
Gastroenterólogía- Endoscopia Digestiva.


jueves, 2 de marzo de 2017

"QUE BANDIDO ES UD".- Cuentos de Médico.

Doña María, entradita en años y en carnes, todavía vivaz detrás de aquellos anteojos a media nariz, por encima de los cuales me veía con atención escrutadora, mientras se quejaba de lo mal que se sentía...  Llevaba ya, bastante tiempo sentada frente a mí. A pesar de mis esfuerzos con explicaciones que tras los estudios pertinentes, intentaban convencerla de que no tenía nada orgánico, ella insistía, e insistía, e insistía...

-¿Entonces?,  ¿yo me quejo por gusto?  me decía...   -YO aquí, aseguraba, tocándose el abdomen, mire, aquí, tengo algo… a mí nadie me quita de la cabeza que yo tengo algo...

-No doña María, ya la hemos visto a fondo, Son trastornos funcionales de su
organismo, algunas comidas, los nervios, la soledad, con la edad aparecen cierta
molestias que son propias de los años que uno vive, le decía buscando tranquilizarla.. –Lo que me interesaba era que se sintiera bien, a través de la demostración que no tenía nada orgánico-.

-Mire Doctor… ¿De donde es Ud?

-De Nicaragua y de España…

- Ahhh bueno, Uds. son hispanos y me gustan... pero yo tengo algo, le voy a decir...

-Bien, Yo soy una mujer muy sufrida, he trabajado mucho en esta vida, no me quejo de gusto. Si Ud. me oye decir ¡ay!! ¡ay! diga que me estoy muriendo, porque yo soy poca para quejarme. y aguanto lo que no está en los escritos…mucho,mucho.. si vengo aquí es porque no puedo más, me duele todo. ¡Antes comía con una alegría! ¿Y mire ahora?… -señalándome media uña de sus dedos.. ¡Como un pajarito!

-Fue así, que dije a la Enfermera: haremos una pausa de 10 minutos.

-Cogí del brazo a doña María, y me la llevé caminando y platicando a unos cuantos metros en el hospital, entramos en una sala de pacientes ingresados, donde habían al menos 6 enfermos en cama conectados a maquinas. La invité a pasar...    Ella,viendo desde la entrada el panorama, y cuáles eran mis intenciones, se sonrió, me quedó viendo por encima de los espejuelos, y con sonrisas mas pícara y franca, me soltó   “ ¡Que bandido es Ud !”.   me dio un abrazo, y se alejó sonriendo… No la volví a ver.

En ocasiones, somos víctimas de nosotros mismos. La victimización no conduce a nada bueno... Y hay que aceptar las cosas que no se pueden modificar como el peaje por el transito nuestro. 
Hay que dejar las cosas en su justa medida, y hay que ampliar la mirada, mejorar la perspectiva para encontrar la solución adecuada al problema si la tiene.

-Doña María probablemente estaba más necesitada de calor humano, que de médicos o pastillas... Para ella es difícil entender el proceso, pero quizás para los que la rodean no, y puedan darle algo de que carece. 




Huelva- 1 Marzo-2017.
29-Noviembre-2014.

Dr. Roberto González G.
Gastroenterología- Endoscopia Digestiva.

sábado, 25 de febrero de 2017

LA DUDA.- Cuentos de Médico.


El hombre de hombros estrechos, había tenido suerte dijeron los médicos. Había tenido paciencia y ahora una historia que contar.

Una enorme cicatriz le marcaba la barriga y la vida cuando salió del hospital. En su pensar, callado miraba en aquello no, una burla , como
la del ultimo rajado en el barrio periférico, sino una duda de los médicos, una duda del destino quizás.. uno nunca sabe...

Un mes antes en su caminar pausado de regreso a casa, lo sintió por primera vez, leve, unos momentos después, era ya, el bocado profundo de un perro hambriento en la barriga plana, sin grasa, y esto lo obligó a detenerse.   Se agachó, se encorvó, se enrolló sobre si mismo, adoptando una postura fetal, esto alivió un poco, rato después y pudo continuar… Pero un nuevo embiste, ahora yéndose el dolor traicionero, no solo a la espalda, sino a la parte izquierda de su flaco abdomen. Recordó molestias que sintió mucho tiempo antes, pero no quiso, no vio necesidad de atender. 
Ahora si, ahora la estocada fue fortísima, y le causó preocupación… le hizo variar el rumbo y tomó un taxi para el Hospital de la ciudad bella en primavera del sur de España.

También recordó en el trayecto, que llevaba triste unos meses, deprimido al decir de sus
conocidos, comía sin ganas y había perdido peso, pero lo que no quiso recordar en esos
momentos, era el defecto que lo acompañó desde joven hasta recién pocos años..Ahora
cruzada ya la cincuentena, tampoco tenía caso...

Los exámenes delataron a los médicos que su defecto era la bebida, aunque el presumía,
que nunca se había emborrachado.  Otras pruebas necesarias se hicieron con diligencia, las
imágenes obtenidas, preocupaban a los galenos, ya que apuntaban a palabra mala del
órgano maldito, "el Cáncer de Páncreas."
Era joven y había que ir a por todas.   El hombre tranquilo, tampoco había contado que
desde hace mucho tiempo, observaba que sus desechos salían brillantes y pegajosos. Las
Imágenes eran tan feas en las tomas del Scanner, que inclinaron los pensamientos por un
Tumor maligno de páncreas.   Así lo trasmitieron a nuestro hombre, que preocupado pero
acostumbrado a ir aceptando las cosas que le iban llegando como en toda su vida, ésta no
era mas que una más, quizás definitiva, pero no tenía angustia, aceptó pues el supuesto
diagnóstico y aceptó que aquellos buenas y doctas personas, intentaran hacer algo por su
vida. La cirugía. y los doctores estaban animados porque no había evidencia de invasión
de otros lugares, vasos sanguíneos u órganos.

Se decidió operar... era joven y podía salir adelante.  Nuestro hombre pues, estaba
entregadito a lo que dijeran los que saben de esas cosas. y fue a quirófano,
encomendándose a Dios Padre, y agarrándose de la mano de la única hija que acudió a
darle compañía, de los varios que produjo con aquella mujer que amo tanto, pero que ya no
estaba...    Se despidió recibiendo un beso en la frente a la puerta del quirófano.

Abrieron ampliamente, llegaron hasta la glándula problema, se escondía bien, pero quedó a
la vista de los ojos quirúrgicos, la decepción y pesar fue manifiesta, se entrecruzaron
miradas, entre trapos verdes, todos asintieron con balanceo transversal de cabeza.. Se oyó
la voz firme del cirujano Jefe.. - ¡Vamos a matar el nervio para quitar dolor, tomaremos
biopsias de páncreas y fuera-!.

Cuando despertó, dio gracias a Dios, se miró con levedad el abdomen acolchado de
compresas y vendas… pensó para si   “ He superado algo importante “… Pero le
informaron a él y a su hija, que se había hecho todo lo posible.. ¡Ahora a recuperarse!

Quince días mas tarde, se tuvo que recomponer el asunto, puesto que las Biopsias NO
encontraban células cancerosas por ningún lado.
Aquello motivó entusiasmo comedido para médicos y para el paciente, alas nuevas para
volar.
Con el paso de los días, se fue confirmando que no era un cáncer sino una Pancreatitis
Crónica, en la cual había tenido mucho que ver ese defecto de Juventud, que era la
adoración del vino, y allí estaban los resultados, aunque desde la muerte de su esposa,
había abandonado el hábito, pero se veía ahora que tarde... Aún así, estaba contento de
seguir en este mundo, y así lo manifestaba con discreción.

Habían pasado muchos, muchos, meses desde aquello y ahora enfrentaba al mundo con
tranquilidad y satisfacción, pero ese sábado había amanecido solo en alma, el organismo
había quedado postergado.   Estaba solo, solo, por circunstancias y voluntad propia, hijos,
esposa, amigos, conocidos, eran ausentes.  Quiso regalarse un viaje hacia atrás, y se metió
en el camino de sus recuerdos, deteniéndose solo en aquellas estaciones que alguna vez
produjeron alegría y felicidad.. ojos cerrados, serenidad en el rostro y sonrisa apenas.

Le llegó la hora del hambre, se puso manos a la obra para dignificarse , mientras
preparaba la comida, tomaba al compás una copita no, de ambrosía, pero que él
imaginaba.  fue cortando, calentando, y removiendo el alimento del cuerpo que necesitaba.
Con alegría se detenía en momentos gratos recordados ahora, y de repente… se detuvo
en particular momento de su vida rememorada, rompiendo a llorar de forma incomprensible.
Desde hace muchos años que no sentía humedades en sus ojos, era imparable, gotas, se
transformaron en suaves corrientes sobre sus mejillas... un pañuelo secante le ayudó a
recomponerse.
Hacía años ya, que había superado sus grandes contradicciones y sufrimientos, propios del
ser vivo,   ¿porque ahora surgían esas lágrimas saladas, imparables , en un día destinado
voluntariamente a gozarlo en soledad??…
Se detuvo unos segundos, mirando fijamente aquella hoja plateada, que al reflejo de luz
que entraba por la ventana en la cocina, brilló relampagueante en su filo, temible...  Artistas
Toledanos crearon aquel instrumento que ahora tenía en sus manos, y que podía ser
decisivo si la mano amiga, tomaba decidida el camino de perdición. 
Recordó que se lo había regalado a su esposa hace ya años, cuando en viaje de amor, pasearon por las calles empinadas de la mítica ciudad fortificada. Ahora ya ella no lo necesitaba, y el lo tenía en sus manos para otro fin.  El lagrimeo volvió de a ser constante y por fin se decidió.
En un gesto valiente estiró ambos brazos, sus manos soltaron con brusquedad, los elementos dañinos.
Dio  la vuelta y salió por la puerta hacia la calle donde brillaba el sol de mediodía...

En el Fregadero de la cocina, quedaron juntos el cuchillo de hoja larga y a su lado una
cebolla fresca.

          

Sevilla-25 de febrero 2017.

Dr. Roberto Gonzalez G.
Gastroenterología-Endoscopia Digestiva.
Sevilla-28-11-2015.


miércoles, 22 de febrero de 2017

RAFAELA, DEL PUEBLO.-Cuentos de Médico



Aquel episodio gracioso,  ocurrió cuando trabajé de Médico de Cabecera, en un pueblo de Andalucía.

Estábamos en verano, y las únicas horas de temperatura alegre para la gente en el poblado, era por las mañanas, luego del medio día las calles se vaciaban como bolsillos de pobre. 
Allá lejos gente mucha, asardinada en las playas procurando dorarse al sol, para lucir belleza en paseos vespertinos a la orilla del mar, o contorsionandose en locales nocturnos. Los mas cabezones, en lugares menos apretados y mas serenos en la montaña. 

Al consultorio, gente todos los días, los males nunca faltan y si faltan , los creamos.



Ya llevaba unos cuantos días, y había conocido algunos personajes del pueblo alegre, ya saben, siempre los hay característicos.   Una de ella, Rafaela, mujer obesa, blanca, grande, chela, pelo blanco, con arrugas del tiempo y el sol, simpatiquísima y sin freno a su lengua, siempre con gracia y a su manera, con ese rico hablar popular del pueblo sin complejos, en babuchas y delantal puesto, (vivía a unos pocos metros del consultorio) se me presentó un día y se coló, dejando a un lado la larga fila de pacientes, y se metió hasta dentro de la  consulta, como quien entraba hasta el patio de su casa.


¡Dr. me dijo! cuando eran casi la una de la tarde, ¡Ud tiene que descansar! ¡ Aquí le traigo esto! para que pueda aguantar a esta patulea, todo esto entre murmullos, risas, y abucheos de la gente que esperaba… 
-¡Pero Rafaela! , ¿que es eso,? estoy pasando consulta. 
-No, nada, nada, Ud, tiene derecho a pararse un poquito. ¡Que esperen, que no tienen nada!, -¡huuu, huuuu, huuuuuu! se oyó el murmullo amplificado. 

-Esto es un Gazpacho. mostrando un cuenco grande y repleto, esto no lo hay en su tierra. Está riquísimo y fresquito , para el caló.. el mejó, hecho por esta servidora. y se lo traigo para que Ud se refresque y aguante a estas, que no tienen nada que hacer, que siempre que hay médico nuevo, vienen en tropel...
-¡Ahora, no, Rafaela! 
-¡Ahora si doctorcito! me dijo, Ud. se lo toma tranquilamente, que yo no me voy a ir de aquí, hasta que lo tome..
-Amigos, tuve que tomar un trago, y negociar…. jejejeje, decirle que el resto pasaría tomándolo por su casa. 
-¡Eso está bien, así si, mejó! y accedió a marcharse, contenta, entre risas, murmullos y aplausos.
Yo terminé de pasar consulta y pasé saludándola y degustando aquel mas que rico, delicioso Gazpacho. 
A la tarde, todo el mundo sabía lo que había ocurrido a mediodía en el consultorio...  y alguno me decía por la calle...   Doctor, ¿ cuando va a venir a probar también mi gazpacho? otro, Doctor, ¿cuando va a pasar a probar mi paella ? ...  y reíamos juntos…. jajajajaja.

20 de febrero de 2015.
20 de febrero 2017.

            Dr. Roberto González G.
Gastroenterología-Endoscopia Digestiva.

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