DOMINGO 7.
El número 7 desde siempre me ha gustado, su figura sensual, su altura, me sedujo desde niño, entre 1 y 10, pues el 7 sin dudarlo. Me ha gustado y recuerdo que sin consejo o indicación de ninguna pitonisa, me lo asigne como mi número de la suerte, allá casi niño y luego adolescente, en mi pueblo del Norte.
Me gustaba visitar la ruleta alguna vez, la Ruleta que había en el Royal Bar, y apostaba 1 o 2 pesos siempre al 7, los perdía y me largaba del local, donde solo mayores hombres habían, también recuerdo las ruletas que se ponían junto a otros cacharros de feria de pueblo en Matagalpa, cerca del Teatro Matagalpa a orillas del Rio, lo mismo, apostaba al 7 negro, ahora lo veo con claridad, no era rojo, ni rojo y negro, solo negro y nada, siempre perdía.
En fiestas en Sébaco, en las de la Trinidad, Estelí, Jinotega allá por donde fuera si había fiesta y ruleta, pues le echaba con esperanza al 7 que como era mi numero de la suerte, esperaba en algún momento el premio, pero nada amigos, nunca fue premiado, sin embargo en mi cabeza nunca pude quitar la certeza de que era mi número de la suerte. Quizás por ello después de aquellos años, nunca volví a apostar a nada, estuve en las vegas y ni allí sentí deseos de ir a por el 7, solo observé, disfrute el paseo pero no otra cosa.
También recuerdo que algunos amigos, amigas, tenían al 7 como un número malo marcado por la Mala Suerte, ocurrían cosas malas, no comprendían cómo seguía gustándome el 7 a pesar de que nunca me dio nada.
Se contaban historias sobre ese día añadiéndole nombre al día, “Domingo 7” de mala suerte, por ejemplo una mujer ha salido embarazada sin haberse casado o estar unida a su pareja en un “Domingo 7”, y luego decía el pueblo, “Ya salió con su domingo 7“.
A otra amiga le quisieron echar agua caliente en un domingo 7, cuando fue a un entierro con toda su voluntad de acompañar a la familia doliente, allá en Mateare. A esa pobre me contó que se cruzó en Matagalpa con un gato negro y tuvo la mala suerte de pasar bajo una escalera.
De manera que esa idea está muy arraigada y a mi querido 7, le han convertido en “Domingo 7”, en día de muy mala suerte, de la peor suerte posible, es un día en el que es mejor evitar todo aquello que pueda significar riesgo para la integridad física, situación económica o amorosa.
La gente ese día no sale de casa, se sienten más seguros no saliendo en “Domingo 7”.
Para los creyentes de esa cábala que se crée nació en Egipto, en un Domingo 7 no debe despertarse y levantarse con el pie izquierdo, hay que fijarse bien antes de salir de la cama, y mejor apoyar el Pie derecho primero. Ni se les ocurre pasar bajo escalera en un Domingo 7, hay que evadir los gatos negros y no pronunciar palabra 7, porque lo pasarán muy mal todo el día. No olviden esto, Conviertanse en Amnésicos y no recuerden ni su nombre, ni su figura.
Basado en estas creencias, será mejor que no salgan de sus casas el domingo 7. Quedan avisados.
Si sales te arriesgas fisicamente, tu economía puede dejarte hundido, o en el amor no tengas citas amorosas, ni de desamor. Te irá mal, muy mal, quédate en casa.
RGG