lunes, 8 de enero de 2018

ABUSÓN.- Cuento de Médico


Era, creo recordar entrando la primavera del 83, ella caminaba sobre la acera estrecha, en barrio de obreros, cercano a un Hospital de ciudad sureña española.  Ella con paso largo, colocaba su pie exactamente en linea delante del paso anterior.  Su pelo caoba intenso, en suaves ondas se agotaba en sus hombros, adorno de rostro blanco, atrayente, discreto y finamente maquillado, resaltaban unos labios rojos casi perfectos.  Sobre el resto de toda ella, baste decir que la Naturaleza había provisto aquella criatura con una figura esbelta y cabeza cualificada, no había cumplido los 37, y  era jefa en su profesión.

Hombres, trabajadores manuales, tomaban cervezas y hablaban de sus “cosas” a las  puertas de un Bar.   Uno de ellos asomó la cabeza para lanzar un escupitajo a la calle adoquinada, la vio a distancia, algo dijo  y  todos a una sacaron las cabezas, saliendo de inmediato a la acera con mejor vista.  El más  audaz, se situó a la orilla de la cuneta, para obligarla a pasar por en medio.  Con mirar libidinoso le hablaba bajito, moviendo los labios apenas y sonriendo pícaramente.     
Aquella figura había encandilado el pensar del obrero… Sonrisas disimuladas y ojos maravillados entre el resto de amigos  que acompañaban al galán, no turbaron a aquella mujer de rostro inteligente, hermético, y de  bella figura.  
Avanzaba sin desviarse un ápice de su camino, ni variar su pasos que con el viento y el vestir,  permitían  ver una refinada, atractiva y elegante cadencia natural de caderas.  El borde de su traje lo mas cerca que anduvo de sus rodillas fue a una cuarta por encima.   Sus pies finos, blancos sobre sandalias motivadoras de tacón, mostraban rojo púrpura en los extremos, en sincronía con los de aquellas manos que también salvaban vidas.  
¡Que  todo fue observado a pesar del tiempo escaso en el paso de la mujer!

Al pasar por su lado, el asilvestrado galán levantó la voz para ser oído por la chica y amigos, quienes reían maliciosamente.  Uno de ellos, moreno, enflaquecido, con alguna líneas negras en su dentadura, pelo liso grueso como cerdas, se tapó la boca con la mano, sorprendido de  hasta donde llegó el cerril Dn Juan, al soltar  la desvergüenza, estallando  "  amor.. me ha llegado a los pulmones, el olor a tu ... y avanzó la mano derecha abierta como para coger algo sin llegar a hacerlo en dirección a las posaderas de la impotente mujer que pasaba.  y todos rieron la “gracia.” Silbidos y risas se fueron diluyendo en segundos..

Siguieron con cerveza y cerveza, pero la vida tiene estas cosas... de que nunca se sabe cuando le da a uno el vuelto.      No habían pasado 48 horas cuando el hombre jocoso del bar con los amigos, ahora junto a su esposa, serio y bien portado,  sintió un leve dolor en la parte inferior derecha del abdomen, leve… leve…   siguieron minutos… se exoneró de ventosidades pero no logró alivio.   
Aquello iba in crescendo, luego vino el vómito, y otro y otro... y apretó el dolor, la barriga dura como tabla, y le subió fiebre, no como en el bar con los amigos, ahora era otra fiebre.  No tardaron él y su señora en llegarse al Hospital, realmente tenía mal aspecto el hombre.

Rápidamente atendido por un equipo médico diligente,  Análisis de sangre y Ultrasonidos de abdomen, fue suficiente para que el equipo quirúrgico de ese día dictaminara tras tocarle el abdomen para afirmar :  
¡Apendicitis Aguda!  ¡Hay que operar!  

Poco después el paciente estaba ya, como Dios lo trajo al mundo, en una fría y estrecha mesa de operaciones con focos enormes centrando su cuerpo. 
Ya el anestesista a la cabecera de la mesa hacia sus menesteres, y finalmente le sujetaba una mascarilla sobre boca y nariz para irlo adormeciendo...  
Entre el Diagnóstico y el momento en que ahora se encontraba nuestro protagonista,  el equipo había acordado, asignar el paciente a un cirujano concreto del equipo, esa primera operación la haría el Jefe, luego se repartirían las que fueran apareciendo a lo largo de la jornada.   Así las cosas, hizo su presencia la Dra. Cordero quien ya conocía perfectamente el caso, aunque no sabía todavía que iba a tener un pequeño regalo del   destino.    Ya estaba más que informada y solo quedaba proceder.  


Entró en el quirófano de Urgencias, toda de verde, el equipo ya presente.   Gorros verdes, pijamas verdes, mascarillas verdes, manos enguantadas , y luz, mucha luz blanca.  
El paciente se sentía algo "heladito", fresco. Cuando la Dra. Cordero  observó a través de la ventanita  entre mascarilla y gorro  la cara del paciente tendido, le surgió un brillo especial en esos ojos acaramelados que tenía desde que nació. Sonrió durante unos segundos, mientras le hablaba al paciente y se quitó el gorro y  la mascarilla mientras seguía sonriendo.  

Aquel hombre abrió los párpados a mas no poder y sus ojos que parecían  salirse del hueco, quedaron congelados como en una fotografía porque en esos momentos comenzaba a fluir un liquido lechoso a través del tubo plástico transparente directamente llenando la vena del antebrazo, entraba a su cuerpo y lo hacia penetrar en una especie de torbellino oscuro hacia el fondo de un espacio sin fondo...  La Dra. dijo claro y alto : ¡¡ Bisturí!!  el equipo no comprendió.   El paciente fue lo último que escuchó.



Huelva 08/01/2017
Sevilla-30/01/2016.

             Dr. Roberto Gonzalez G.
Gastroenterología-Endoscopia Digestiva.

Entrada destacada

MISS UNIVERSO 2023. SHEYNNIS PALACIOS. NIcaragua.

            1) -19-Noviembre 2023. SHEYNNIS PALACIOS. Una Mujer Bella, inteligente, humilde y Preparada, Miss Universo 2023. Nicaragüense po...