Siempre nos pasan cosas, y a nuestro alrededor muchas diariamente, a todas horas. Pensaba en ello, y seguí… sentado frente a la pantalla que a casi todos seduce, pensando en el estar en una red social, que es casi como estar en la calle o en el barrio grande con amigos, familiares y conocidos, es la nueva realidad.
Es habitual que la mayoría de los que vemos, escribimos, hablamos en las redes sociales, nos
entretengamos un rato, o aprendamos cosas, o nos embrutecemos con
algunas otras . -La sabiduría está en el
saber escoger- y esto ocurre en todo, en
saber escoger en cualquier ámbito. Es
agradable leer cosas bonitas, útiles,
mostrar nuestras mejores imágenes, recibir muchos like, hay muchísimas
posibilidades. Y porque no, consejos generales, que luego nadie
o muy pocos siguen, hasta que nos viene el lobo horrible, vemos su trompa
abierta, babeante, con los colmillos separados y mirada pecaminosa, a punto de saltar y devorarnos… y
entonces, si, ahora sí, es cuando
suenan los lamentos.
Cada día trae su propio bien y también su propio mal. ¿Quién no ha sufrido un desengaño?, ¿quién no
ha sido objeto de mentiras, de caídas, dificultades, de querer y no poder, de buscar oro donde solo encontramos luego, pintura amarilla. Quien no se ha frustrado buscando, metas, luchando
y no alcanzando.
Todos sabemos, conocemos, la incertidumbre del presente, lo
han visto, lo han experimentado. En
estos momentos tenemos una taza de rico café en nuestra mano, y al ponerla
sobre la mesa, se nos cae y se nos hace añicos, Y ya está, ya no existe, es simple todos lo
sabemos pero todos los olvidamos rápido hasta que no aparece el lobo.
¿Cuántos de los que teníamos en nuestro club de FB de
repente desaparecieron por, uno u otro
motivo? Enfermaron, murieron, etc.etc. es una realidad obvia sucede diario.
Todos mostramos
nuestra mejor cara al salir a esa pasarela de las redes, y nos mostramos
fuertes, ecuánimes, sensibles, solidarios, alegres, etc.etc. Pero el lobo está siempre cerca de
nosotros, tan pegado como nuestra propia
sombra, no sabemos en qué instante, dará
el salto y nos despedazará.
Hoy tenemos una nueva oportunidad, hoy estamos vivos, no
importa que estemos enfermos, estamos vivos, y por tanto tenemos esperanza, hoy
puede ser un buen día para ponernos en orden. A bien con Dios quien tenga creencias religiosas, quizás aventajen para este ejercicio a aquellos que no lo tengan, pero su intelecto
también les ayudará con voluntad y decisión.
Ha habido alguno, alguna, que se compró un bonito traje para estrenarlo
un día especial, y no tuvo la oportunidad de llegar al día especial, aquello
quedó como recuerdo de dolor. Por mi
particular oficio, me mantengo en contacto con equilibrios precarios de salud y
porque también puede uno mismo ser
objeto de enfermedad o crisis.
Por ello, al pasar del tiempo y de los tiempos nuestros , sino mejor mucho antes, sería sensato detenernos y pensar sobre ello, no para colocarnos una flor en la solapa sino para un cambio de actitud, de no hacer daño, conducirnos de la mejor manera posible, y ayudar, ser solidario con el prójimo, en definitiva mejorarnos como seres humanos y sufrir menos - Escribo lo que se me pasa por la cabeza antes de que no la pueda utilizar-.
Por ello, al pasar del tiempo y de los tiempos nuestros , sino mejor mucho antes, sería sensato detenernos y pensar sobre ello, no para colocarnos una flor en la solapa sino para un cambio de actitud, de no hacer daño, conducirnos de la mejor manera posible, y ayudar, ser solidario con el prójimo, en definitiva mejorarnos como seres humanos y sufrir menos - Escribo lo que se me pasa por la cabeza antes de que no la pueda utilizar-.
Ayer alguien que estaba sano, dejó de estarlo,
ayer algo me golpeó el sentir fuertemente. Ante la mirada de los médicos la situación
es grave, pero veremos donde se llega… ellos no pasarán de hacer su labor de la
mejor manera que sepan, pero existe drama, que también rodea a una familia.
Cuando sucede algo así, o en general es así, eso queda para la familia,
amistades que de refilón se enteran y lamentan poniendo cara de tristeza y
compasión, no faltan, pero el dolor de verdad, solo aquel que lo vive, que lo
siente en carne propia, sabe de sus intensidades, y ninguna es igual a otra, es
particularísima del que lo sufre.
Las cosas, los hechos buenos o malos, suceden sin previo
aviso, generalmente los negativos y dejamos ya de sonreír, porque nuestro
tiempo acaba, o no, pero ya no se proseguirá igual en adelante.
Hoy he querido escribir sin detalles, porque
he considerado que no sirven más que para una discreta forma de
morbosidad humana, me interesa más llamarles la atención para la conclusión,
que no puede ser otra que: Amen su día, no vayan por el mundo muy centrados en
el yo, disculpen las molestias que reciban, y sobre todo no se abstengan de dar
amor… No cansen a quien les da amor… Hoy puede ser el final de la Existencia, o
NO.
RGG