Ya no son tiempos como los de antes, cuando el médico, el cura, el farmacéutico eran autoridades para el pueblo, para la gente… los trataban con respeto, le ponían honores que incluso no tenían, y sobretodo sus palabras iban a misa. No se rechistaba, y si lo decía el farmacéutico, era cierto, si lo decía el médico es que ya no cabía ninguna duda, ahhh, pero si además lo decía el cura, ¡vamos sin miedo!, la fe ante todo. Trabajaban en comandita sin ponerse de acuerdo, no había contradicciones entre esos tres.
Hoy día las cosas han cambiado, ¡huuyyyyy! que si han cambiado… el tiempo corre que vuela… Ayer estudiante de medicina y hoy médico del seguro…
Esta semana consultas externas, menos mal que la consulta no es como las de antes, una silla y una mesa. Hoy tienes escritorios bonitos, computadoras modernas, amaestradas, que te dejan hacer solo, lo que le han dicho que puedes hacer, que quieres recetar, tal o cual medicamento, nada, nanay de la china, tiene que ser lo que te hayan programado que puedes, pero son bonitas,modernas, rápidas. Tienes una enfermera o auxiliar de enfermería, que te la cambian con frecuencia, cuando ya has logrado funcionar bien y a uno, vienen y te la quitan, ponen una nueva o de tránsito, pero cumplen muy bien su función.
Ya no se da numero a los usuarios ( así les llama el Servicio Andaluz de Salud) como antes, al comienzo de la mañana, como en los puestos para comprar carne,en el super, según orden de llegada, ahora son avisados por correo o teléfono, y acuden unos 27-30 cada día, un tercio de ellos, pienso que acuden equivocados, creen que están enfermos, pero en realidad no lo están, ellos no lo saben, -esto lo digo bajito, para no molestar-…
Todavía el Sistema Sanitario no ha abierto consulta para el Cura, el sacerdote, vive dentro del hospital, en todos los hospitales hay una capillita, fundamental para los cuerpos enfermos y mentes sufrientes, una ayudita nunca viene mal, y se entiende porque allí los pacientes, perdón, los usuarios, si que esta malitos de verdad, y pueden emprender viaje en cualquier momento, pero en consultas , en consultas todavía no han asignado puesto al cura, que todo llegará digo yo, es cuestión de tiempo, y que conste que lo digo sin guasa, creo que es necesario, a la par que lo son los psicólogos…
Decía que como el cura no tiene horario en estas consultas, pues , se citan en la única que hay, mi consulta.
Algunos llegan sorprendidos, porque no saben porque los han llamado. Cuando les pregunto que ¿que le pasa? que ¿porqué acude a consulta? contestan aireados, -¡aahhh! pues no sé, Ud. sabrá-.
Otros llegan porque la consulta anterior fue insatisfactoria, y ahora, a ver si este médico diferente, le dice algo mejor…
Otros más, llegan y se molestan, cuando les explico que no me queda tiempo para seguir escuchándolo, que me alegro que las cosas en casa vayan mejor, que ya tiene un diagnostico y un tratamiento, que hay 20 pacientes más detrás esperando… No se les ocurre otra cosa, que ponerse serio y largar el consabido “para eso le pago”.
No hay quien los haga entender que sus impuestos al igual que el mío, son distribuidos “sabiamente” por los políticos que “aman al pueblo y le procuran el bien”. Que no hago medicina privada, que el seguro da los servicios que da, utilizándonos a nosotros y ellos, pero no me cree, me insiste, y me hace ver que tengo suerte de trabajar aquí. -Porque…¿Ud, no es de aquí verdad’?, me dice, al suave.
-Y así, así, van pasando unos y otros y otros… Algunos desesperados mientras esperan pasar, se eternizan y me cuentan historia de sus nietos y lo mucho que han trabajado, y no tienen prisas por salir.
Otros ni hablan siquiera lo que deben, uno tiene que adivinarlos, también los hay quienes ya saben lo que tienen, pero vienen porque existe un escáner de abdomen, si, que lo ha leído en el google, otros se sonríen y alegran la mañana, porque descubren que no se están muriendo, sino que están sanos y fuertes como robles, solo al examen de pupila, pero se quedan satisfechos, y salen rapiditos para ir de compras al Corte Inglés, o a las verduras en el mercado. Alguno incluso quiere que lo exploremos, que le toquemos la barriga, cuando le explico que las camillas, las han retirado de las consultas, que ahora solo preguntas y respuesta, se quedan sonriendo irónicamente, y expresan que esto no sirve, no sirve, que el servicio de salud no vale nada, que los políticos lo tienen todo manchado. -Le sugiero proteste, y dicen… -ahhh, ¿para qué? si no me van a hacer caso…
Algunos pacientes no son pacientes, sino familiares de pacientes porque dicen, no, él no pudo venir porque está en la cama, está enfermo.
Otros porque dicen que la enferma ha tenido que ir a dejar el niño al cole.
Algunos ya no se acuerdan cuando fue la última vez que estuvieron en el médico, y menos cuando le hicieron la prueba. -ay, yo no sé, mírelo en la computadora, no dicen que allí está todo-. yo no se…
Pero todo esto no me sorprende , lo que si me sorprendió fue el otro día que vino una tranquila señora, no venía molesta, llegó bien serena, y muy educadita, en cierto momento hasta sonrió al decir, no, yo no soy la paciente, la paciente era mi madre, pero murió hace seis meses, y todavía, no la han llamado para las pruebas, y hoy me citan para venir a la consulta, así que no sé.. . dígame Ud. doctor… Yo me quedé también en dígame Ud.
Dr. Roberto González G.
Gastroenterología- Endoscopia Digestiva.