Dios está conmigo y con todos, lo sé, pero en ocasiones uno percibe la presencia mas cerca, o ve un mensaje que ha sido "dictado" por él.
Los hospitales en época de vacaciones dejan mucho que desear, y eso quizás no se percibe desde fuera de ellos (pacientes o Usuarios como quiere el sistema que les digamos), esta mañana mientras se desperdiciaba tiempo por cosas del funcionamiento del hospital-( traslado de enfermos, pacientes mal preparados, historias que no aparecen, paciente que no están donde deberían, etc., etc.), cosas que además de su enfermedad o lesión, sufre el enfermo con estoicismo.
Decidí salir un momentito, respirar hondo e irme a tomar un café, para mientras se solucionaban las circunstancias, que me alteraban el ánimo.
A pocos pasos de cafetería me topé con un señor de unos 60 años, de aspecto sufrido pero muy sonriente,-vi su cara, sus ojos. Lo tenía frente a mi, muy cerca… Estaba verdaderamente alegre aquel hombre-.
¿ No se acuerda de mi? me preguntó, sin abandonar aquella alegría contagiosa, mientras, se suavizaba con rapidez mi facción.
No, así al pronto, no, contesté.
Me dijo que habíamos hablado hace tiempo de Dios, que era un paciente al que le había hecho una prueba-, No necesité más… entramos francamente en un contacto placentero, y luego de contarme de forma muy natural como se encontraba, y como estaban sus hijos, los cuales padecen la misma enfermedad -Insuficiencia Renal crónica, y requieren estar pegados a una máquina dos o tres veces por semana, para así poder seguir viviendo, limitados pero viviendo-, transcurrieron unos momentos agradables felices, y al despedirnos, me dijo: ¡Que Dios lo bendiga!, ¡Que Dios lo bendiga!, y lo repetía, y repetía, ¡que Dios lo bendiga!, siempre con apariencia feliz y sincera.
De inmediato pensé, en lo Pequeño y débil que soy, y que grande es ese hombre. Yo iba molesto, de mal humor por las inconveniencias del sistema sanitario y él, miren… su actitud.. Me puse de inmediato a trabajar mi mente, para que no me afectaran los sinsabores producidos por gestores del servicio de salud, en el desempeño de mi trabajo. Y no solamente eso, sino las muchas cosas que pueden aparecer en un día… En ello estoy, quiero llegar así hasta la noche, y por eso lo estoy contando aquí, porque forma parte de mi bienestar poder escribir sin afán ninguno mas que dar testimonio.
Dios no me ha querido ni triste, ni preocupado, ni enfadado, ni desilusionado, y me ha mostrado como hacerlo.
Así actúa con todos los seres humanos, pero algunos no quieren ver.
Sevilla-2 de enero de 2016.
Dr. Roberto González G.
Gastroenterología-Endoscopia Digestiva.