martes, 1 de junio de 2021

LA VIDA- TU TIEMPO.

 


La Vida- Tu tiempo. 

La delgada y frágil linea que nos separa del regreso a la tierra y al olvido, está adherida a nosotros como la piel, no todos lo saben o no  quieren saberlo, pero se sorprende siempre uno, cuando de repente ya está rota en otros..., decimos que por inesperado, y nos entra la tristeza, la congoja.  

Cuando de alguna manera nuestro camino nos permite ver con demasiada frecuencia, cómo esas cosas que además de conocer que son inevitables,  suceden, uno siente pena y dolor.   

Es como que nos estuvieran diciendo, observa, atiende, aprende, piensa, reflexiona… entonces , venimos y nos observamos a lo calladito y sacamos nuestras cuentas.  Y a los que nos gusta la vida, a los que vemos la vida como un preciado regalo divino, nos entra cierta sensación de disconfort  porque el hecho nos ha recordado, que uno podría haber sido ese que ahora llevan al cementerio.  Y  es cuando amas tu tiempo, cuando no quieres dilapidarlo, cuando sabes perfectamente que no hay nada que te puedan devolver, o pagar que valga tanto como tu tiempo, porque finalmente no es tu tiempo, el tiempo no existe, es tu vida.


Hace pocos días, estuve conversando con una paciente  tendida en la camilla de Exploraciones endoscópicas, llevaba unos 20 años con una enfermedad crónica, pero estable, viviendo con lo que podemos decir normalidad, ella ni sabía realmente que había convivido con dicho mal. Fue en las ultimas semanas cuando ya se hizo consciente  o mejor dicho los médicos la hicieron consciente de ello, tras diferentes análisis y pruebas.  Se sometió a una prueba más el día que la conocí y conversamos en una sala,  aquel  día escuchó, contestó, realmente  habló a gusto, y se rió con buen humor. Al día siguiente cuando acudí al trabajo, supe que había desaparecido durante la noche,  había abandonado este mundo, ya no tenía vida.


También recientemente estuve escuchando y viendo un videoclips,- Ahora están de moda y muchos hacen clips para hablar sobre cualquier cosa-, en este caso se trataba de un médico  joven, no lo veía yo por encima de los 43 años, lo había seguido como miles, en su cuenta de facebook con anterioridad,  en su batalla para el bien de pacientes y sanidad.  Y sabía de un diagnóstico previo, que él mismo dio a conocer, de Cáncer de Pulmón.  

Se trata de un hombre luchador para beneficio de muchos y  también por él mismo. Entregado en cuerpo y alma a su profesión, y además se ilusionaba  e ilusionaba a muchos con la idea de que no todo está perdido, que las luchas deben hacerse y siempre se consiguen mejorar.  Basaba su lucha en querer mejorar, enmendar con sus críticas, trabajo asistencial y  divulgativo, etc. etc.  los errores del sistema, por el bien de los pacientes y sanidad.   

Hace ya algún tiempo supo pues, del cáncer de pulmón, y lejos de amilanarse, lo encajó lo mejor que supo y pudo,  luchó y luchó día a día, sometido a toda la dureza de la situación y tratamientos.  No dejó de luchar en ningún momento, y en este  ultimo video  que yo les relato, estaba exultante de alegría, y hablaba sin parar, reflejaba en su cara un buen estado orgánico, y espiritual.  Nos contaba que había superado el cáncer, que estaba limpio y venía de darle gracias a una virgen de su devoción.


No hay día en no vea cosas absurdas, en las calles, en las tiendas, en las casas, gente sufriendo por cosas que no pueden modificar, y sufriendo también por aquellas que si pueden modificar pero que en el momento no lo hacen porque están ciegos, y se sienten desgraciados sin serlo.  

Ante este para mi, espectáculo,  puede uno entender a algunos que se retiran en soledad, a la naturaleza, para intentar la sanidad, alejado de seres humanos defectuosos, porque es contaminante.


Huelva, 01-Junio-2021.

Dr. Roberto González G.

miércoles, 24 de febrero de 2021

EGUREN KONE.

           


                                      EGUREN KONE

Hace ya  mucho tiempo, trabajando por esa época en un hospital grande de Sevilla, una ciudad dentro de otra ciudad, hospital  de puertas abiertas se decía en ese entonces.  Mucha gente pululando por allí,  pasillos, cafetería, consultas, internamientos, personal de salud, camareros, familiares de pacientes, pacientes, sacerdotes, visitantes, visitadores, vende lotería, chicleros,  etc.etc.  


Los 50 años de un amigo experto internista, agradable y siempre de buen humor  lucían bien,  sonreía el moreno elegante con corbata fina y bata blanca impecable, ojos amielados, tenía él, una magnífica presencia y además modales  siempre correctísimos y humanos  con los pacientes, con familiares y con todo el mundo, no como Raymundo, sino como él mismo, el Doctor. 


Era uno de los que organizaba las novatadas de todo aquel que llegaba a iniciarse en las distintas especialidades, el hombre siempre tenía algo que contar gracioso, además de su alta cualificación, disfrutaba su tiempo con la medicina y con los demás.

En Ocasiones nos encontramos con personajes peculiares dentro de la vida hospitalaria que no tienen reparos,  y como quien no quiere la cosa, consiguen siempre aparecer junto a nosotros los médicos, aprovechando cualquier oportunidad para preguntar, empatizar interesadamente,  son familiares de pacientes ingresados, aparentemente muy preocupados por como van sus enfermos.  Si te advierten de buen talante, amable,  atento... Si te perciben como buena gente,  está uno perdido, te abordan y te abordan, mutándose en sombra tuya.


Así sucedió en una ocasión en que el Dr Armando Morales y Yo,  caminábamos juntos hacia la cafetería del hospital, y lo abordó un familiar de una paciente a su cargo. 

-  Dr. ¿Como está?   ¿Sabemos algo?.    -El doctor salía dando corta explicación y seguía su camino, pero luego se lo encontraba en los urinarios, justo a su ladito, vaciando la vejiga urinaria, chorros a la par.   Se lo encontraba en otras ocasiones, a la vuelta del pasillo, en la segunda planta, en la tercera, en la cuarta, quinta y sexta,  y no se lo encontraba en la octava, porque no había octava, también a la entrada del ascensor, a la salida, - la enferma ingresada en la sexta-.  Saliendo de la capilla, a la entrada del hospital, a la hora de salida… El pobre doctor ya no hallaba como hacer y no parecer antipático o maleducado de aquel acoso continuado,  su talante y media sonrisa siempre dispuesta, le permitía irse escapando de aquello, estaba aburrido ya el hombre.   

En una ocasión tomamos el ascensor para bajar de la sexta planta, a la baja, donde se localiza la cafetería, nos apetecía un cafecito… entramos los dos a un ascensor de esos que caben 15-20 personas, iba solo, y entramos, pero de repente, se escuchó desde fuera del ascensor,  una voz peculiar y familiar para mi amigo, “Espere, espere, espere”, la cara de mi compañero se volvió un poema.  Era el hombre, el familiar, el perseguidor…. 

Inicialmente el Doctor conversaba conmigo, y se limitó a contestar el educado hola correspondiente al saludo que le hizo el familiar… pero cuando percibió que la conversación entre nosotros desfallecía, metía baza, -Doctor y entonces, ¿Cómo la ve? ¿Ese tratamiento le hará efecto doctor? , yo no veo que mejore.   

¡Qué! ¿Sabemos ya como se llama lo que tiene mi señora doctor ?.   El doctor haciendo magia,  le hablaba con suavidad, cortas palabras, - No era el lugar, y ya estaba hartándose de todo eso, las horas para hablar con familiares sobre la evolución y novedades de los pacientes, era a partir de la 1 de la tarde y en el despacho, pero este señor, se saltaba las normas con habilidad pasmosa y cara dura-. Mi compañero me miraba apurado, yo le conversaba, e intentábamos que el ascensor bajara rápido, pero que va , tenía su tiempo y sus paradas en cada planta, fue entonces que sucedió…


Como el señor le volvió a repetir preguntas que ya había hecho, y entonces doctor, ¿ Ya sabemos que tiene su paciente?

Si, si si, muy circunspecto el doctor se apropio de posición superior y con voz clara, elegante y enfático, le contestó.  Mire por fin ya sabemos como se llama la enfermedad, de su familiar,  los ojos del familiar brillaron y una hermosa sonrisa se le dibujó en la cara, suspiró complacido seguramente dando gracias a Dios en su interior.  ¿Si Doctor? 

Si, si, y levantando la mano derecha, juntando y haciendo una O con pulgar e indice, dijo:  Su familiar lo que tiene es el Síndrome de EGUREN KONE. 

El familiar se quedó atónito, pero satisfecho, por si acaso le dijo  repítame doctor, ¿El síndrome de qué?   - El síndrome de EGUREN KONE, repitió también satisfecho el laureado doctor.   Por primera vez el familiar se había quedado sin nada más que decir.  

Yo, mientras esto sucedía, me preocupaba por buscar en mi memoria el Síndrome de EGUREN KONE, no recordaba esa enfermedad, y en ese esfuerzo estaba cuando al levantar la vista, vi en lo alto del ascensor,  una leyenda en letras metalizadas oscurecidas por el tiempo, que decía “ EGUREN KONE”.   Tuve mucha, pero mucha dificultad para contener la risa y el doctor  que me quedaba viendo con ojos chiriviscos que decían, cuidado coño, chitón, chitón…. En eso se abrió la puerta del ascensor, estábamos  ya en planta baja, y nos fuimos a paso acelerado, abortando las ganas de reír  y esperando no ser perseguidos por aquel preocupado señor familiar,  pero no, esta vez se había quedado sin habla y sin ganas de seguir, aparentemente complacido.  Adiós Doctores, le oímos decir.  



EGUREN KONE, es una marca de fábrica. 


Roberto González G.

Gastroenterólogo. 


Huelva-24-02-2021

domingo, 21 de febrero de 2021

EL DESENCANTO.

 EL DESENCANTO. 


Tenía yo un familiar que había nacido con un problema, una tumoración  que producía dificultades físicas  y dolores terribles, mucho sufrimiento veía yo en aquello que le afeaba la cara y embellecía su corazón.   

Yo la recuerdo siempre con mucho cariño, recuerdo su figura descompuesta y de caminar difícil , en aquella casa grande con mas sombras que luces  y sobretodo su sonrisa que me dedicaba, aquello me agradaba, aquella persona me daba cosas con aquella sonrisa que ahorita vuelvo a ver y recibir.


Recuerdo que nunca salió de casa, permaneció enclaustrada dentro, su vida era permanecer dentro, no podía trabajar, no estaba en salud, no podía hacer nada. En una de las veces, llegué y conté que había estado en el mar, ella sonrió y me preguntaba, que le contara, y yo le contaba, y ella ponía mucha atención,  expectante como un niño cuando le cuentas un cuento, como queriendo ver, sentir,  porque ella no conocía el mar, y oyendo el relato  su cara era de sorpresa y de maravillarse, gozaba viendo a su manera y a través de mis palabras, lo que era el Mar.   Nunca llegó a conocerlo, murió joven.


Cuando recuerdo aquello y veo como transcurre la vida de cada quien, y las conclusiones que se sacan a diario por todos en cualquier parte del mundo, pienso que fue mejor que aquella persona no hubiera conocido realmente el mar, mas que por mis palabras.  Se llevó su mar.  


Lo contrario hubiera sido desastroso, hubiera visto esas amplias  y lindas playas, el sol en lo alto, aquel mágico ir y venir incansable del agua formando grandes olas, mediana y pequeñas, azuladas que estallaban en espumosa alegría a la orilla,  y volver y volver,  repetitivo movimiento natural interminable desde dentro hacia afuera. 


Hubiera podido caminar por la suave arena blanca humedecida con sus pies descalzos acostumbrados a otros suelos,  sentir aquel suave placer, aquella agradable y única sensación de pisar  la arena. Se hubiera tostado un poquito al sol, seguro que hubiera sonreído, reído, maravillada viendo aquel espectáculo de la mar en movimiento viniendo hacia ella a la orilla, pero también creo que hubiera metido los pies en el agua, las manos en el agua, y con la palma ahuecada hubiera querido retenerla en sus mano, y degustarla tan bella como la miraba, entonces, bruscamente el liquido bello, lindo en el mar, hubiera sido rechazado sin duda, tras comprobar en su boca  que era agua salada.  

Así que yo digo,  que fue mejor que se fuera con su imagen y concepto propio de su mar, al menos con su mar no sufrió desencanto.



Roberto González G,

sábado, 20 de febrero de 2021

ANOCHE VINO.

 Roberto González G

20 de febrero de 2021



ANOCHE VINO.


Anoche vino, yo la esperaba, llegó como siempre con la perfección de la circunferencia y su brillo arrullador en la inmensidad del firmamento. Parecía sola pero era una sensación nada más, yo la esperaba con ansias, e inmediatamente calmó esos sentires  horribles de que como que se le fuera a uno la vida, el vacío en el estómago, el corazón que se desboca. 


Surtió el mágico efecto y todo quedó en silencio, y con la serenidad de una laguna. En aparente soledad ambos, brotó la conexión y la plática sin palabras, en soledad buena, la soledad feliz, esas soledades que producen, esas que hacen vivir la perfección de la vida, la fuerza y magia que anula toda otra existencia, Ya solo la luna Bella y mi corazón grande y limpio, el amor, la única forma digna de vivir. 


Ayer volví a encontrarla y supe que volverían de nuevo las historias fantasiosas , increíblemente reales del pasado, la luna y yo. 

Ella seguirá eternamente, mi camino es ya corto, pero cuando me vaya la llevaré metida en el alma. 

Mi amiga que me alerto sobre ella, sonreirá al leer estas líneas y se dirá  ¡Vaya Ud. con Dios y con ella!


Huelva.

20-02-2021.


viernes, 19 de febrero de 2021

MI LUNA SIEMPRE

 MI LUNA SIEMPRE.

Siempre me ha gustado la Luna, desde niño, me atraía, me embelesaba y allá en las aburridas y negras noches del fresco pueblo de Matagalpa, me quedaba ratos mirándola desde abajo, y algo bueno debía sentir porque me gustaba, me sentía a gusto, me aliviaba, pensaba que era un niño loco, que estaba enamorado, y mis fantasías con la luna florecían espontáneas y bellas... aquello pasó porque el corazón inconstante la dejó un poco de lado para admirar otras estrellas más cercanas.
Y desde que una amiga en tierras lejanas, al conocer mi horóscopo, mi fecha de nacimiento, me dijo y de eso parecía saber mucho, que ella, la luna me dominaba, que era dueña total de mi voluntad, desde ese mismo momento, me sentí cambiado, me siento atrapado.
Sigo teniendo la misma relación con ella, los mismos amores, los mismos afectos y efectos, pero ahora me siento desde que esa amiga me abrió los ojos y me contó que era mi ama y señora, me siento mucho mejor porque descubrí que no era yo el culpable de mis desvaríos en mis caminos de vida, sino ella, la luna.
Ahora ya puedo dormir con tranquilidad de conciencia y alma blanca. Así sigo caminando día a día, hasta que el Padre Supremo, el amigo infaltable, el que todo lo mira y el que todo lo sabe, me lo permita.
No obstante hoy la esperaré junto a mi ventana, cuando ya la noche adquiera su plenitud y ella vuelva a visitarme, para hacer, para sentir lo mismo que cuando era niño.

Huelva.
19-Febrero 2021.

lunes, 1 de febrero de 2021

EL QUE QUIERA VER QUE VEA.

 Roberto Gonzalez G

1 de febrero de 2013

 

 



Llegué al hospital, en visita no de médico, sino de amigo para ver a   uno muy querido y compañero de largo tiempo, que hace 3 días sufrió el envite de la Traicionera, sufrió un Infarto de Miocardio. 

Pijama Azul Celeste como el cielo, sentado en sillón  reclinable, junto a la cama con sábanas blancas, su apariencia era buena, sus gafas gruesas, metidito en carnes sin parecer obeso, ya estaba perdiéndolas allí, lo percibí ligeramente más delgado, una cosa que uno primero  veía en este buen hombre, era su mostacho característico de toda su vida, grueso, negro de extremos enrollados, luego sus anteojos con sus ojos y luego todo lo demás.  Plácido, con buen aspecto, no parecía que acababa de pasar un amargo drama,  quise ver también su alma tranquila, luminosa, en paz y sonrió al verme. 

El es hombre de sonrisa fácil siempre, hoy también. Consciente de lo que había ocurrido recién.


El acudir al hospital tras 2 días de molestias, y  tal como fue la secuencia de los hechos y me lo contó, fue parece,  y  a la vista general, casual o por sentido común. 

Yo interpreto que Dios intercepto la llamada de la Siniestra Muerte, quiso que esta buena persona tuviera otra oportunidad, todavía no era su momento y le ha permitido seguir con nosotros.


 Durante mi visita, me pareció entender que él había experimentado la frialdad del soplo de la muerte, y había comprendido todo. 

 

Siento ganas de contar esto porque hace varios años, charlando de cosas varias en días de viaje profesional  surgió el tema de Dios y sus acciones ante las injusticias del mundo que le achacan .  Me negaba el hecho de la fe, la existencia divina y se complacía en que yo pudiera tener certeza y el no.


Le Aconsejé que pidiera con sinceridad profunda y le sería dado,  incluso sin pedir le iba a llegar.  


Dios nos da la respuesta cuando y como considera mejor. “Te llegará le dije”. 

Han pasado varios años de aquella charla, la respuesta  ha llegado ahora. 

Sé que mi amigo, igual que sintió la fría muerte rondando sus costillares, percibió el calor divino, que lo cubría y le señalaba, que todavía no era su hora.


¡El que quiera ver que vea!. 


Yo, hoy me he alegrado infinitamente de que siga con nosotros con más luz en su vida. Y agradezco a mi Dios, por mantenerme en salud.

martes, 26 de enero de 2021

EL VIRUS NOS DESNUDA. Reflexión.

 

                         EL VIRUS NOS DESNUDA.

Con la época de pandemia y todo lo que la acompaña, uno no tiene mas remedio que resistir, establecer barreras para que no llegue el bicho asesino, y confiar, cosa que es difícil en los políticos y gestores que dirigen el combate, nuestras vidas han cambiado y seguramente para siempre, probablemente todavía no sepamos cómo y en qué medida.

Ayer supe que una Mujer ejemplar, una Doctora, de esas personas luchadoras, buenas en su vida y en su profesión, de esas que lo dan todo en  su vocación de médica, de servir al prójimo, que pocas veces se alteran y siempre tienen una palabra amable, de comprensión y alivio para el que sufre, para el que lo necesita, un gesto de apoyo para el que se lamenta,  ánimos para los amigos en momentos bajos.   

Supe como digo que había sido infectada por el coronado virus,  que la atacó junto a su familia.  Todos están bien, ella está bien.  Incluso vacunada con la primera dosis el virus le llegó,  salió positiva en el test de detección.  Y con fuerza y serenidad suficiente aguanta el envite del bicho, pero hay otros bichos a los que no pudo resistir, esos bichos son seres humanos, que haciendo sus labores dentro de un hospital, lo hacen de tal manera que sería justo que en lugar de trabajar en salud, debieran hacerlo en un taller de mecánica, con vehículos de hierro, latas y  caucho, con esos no habría problemas, y no estaría yo escribiendo esta nota.  

Los animales tienen sensibilidad, y el ser humano todavía más aunque en algunos casos tengamos dudas de que así sea.


Hablé con mi amiga, que se encuentra asintomática y espero que así siga, hasta superar la infección ella y su familia.  La vi normal, tranquila por su enfermedad, pero cuando a medida que me iba platicando, me habló de como se sintió tratada, se le encogió no digo el ombligo,  sino el alma y sus ojos se humedecieron,  sus palabras se entrecortaban, el sonido tembloroso de su voz me indicaba momento delicado no grato, porque a pesar de que todos los que trabajamos con pacientes que pudieran estar infectados, tomemos las medidas preventivas,  no deberíamos dejar de tratar a las personas humanamente, sino con más delicadeza aún si cabe, y con más comprensión, sabiendo que gestos o palabras, a veces hacen daño al alma más que el dolor que sientes por la propia herida, u enfermedad.  

El dolor físico se resiste mejor cuando no tenemos el otro, sentí pena de percibir como el ser humano deja en ciertas circunstancias  de serlo. 


Dr. Roberto González G

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