ESTAMPITA DE CRISTO DE LA HUMILDAD Y LA PACIENCIA.
Hoy he abierto nuevamente los ojos. Soy un bendecido con esta maravilla de experiencia de vida, no es la primera vez que pienso en esto, hoy me he encontrado con esta imagen, esta estampita religiosa, que una compañera y amiga con la que tuve oportunidad de trabajar hace unos 18 años, me regaló un día con toda su inocencia, bondad y sobretodo fe, diciéndome “verás como él te protegerá y mejorará tus días”.
Antes, mi querida madre me había obsequiado otras estampitas al salir para estudiar en España, para que me acompañaran, para que yo no olvidará -En esos entonces, mi mente solo estaba enfocada a obtener una profesión fuera de mi tierra, por necesidad- y ella encomendándome a Dios, no quería que olvidara que todo era por él, gracias a él.
Volviendo a mi amiga de hace años, acepté la estampita que ahora les muestro, del Cristo de la Humildad y la paciencia.
La acepte y agradecí, impresionado por la seguridad con la que me habló y su generosidad para conmigo. Siempre en mi bolsillo, siempre en mi cartera, y cada vez que me detenía ( no siempre lo hacía) a verla, observarla, leerla y recordar aquel momento inicial, en continuo seguía con mis recuerdos de vida, desde niño, adolescente, allá en mi tierra y pasando luego a otro mundo fuera de mis raíces, mundo muy diferente al que dejaba, pero en el cual seguían sucediendo cosas, y en un abrir y cerrar de ojos, repasaba mi vida y los hechos que me han venido aconteciendo, muchos felices, pero también muchos infelices, heridas, desgracias aparentes, etc. etc.
Cuando llego al día presente, y ya sabedor de otros seres humanos con otras desgracias y dolores Mayúsculos en cualquier parte del mundo en relación con los míos que se convertían en pequeñitos(lo mío), siento al rememorar por la estampita la imagen de cristo, que no puedo concluir otra cosa que: He sido y soy un privilegiado en esta vida, que no me ha sucedido nada malo, que Dios me quiere y me mantiene bien por alguna razón que solo él conoce , que me siento bendecido, me siento protegido.
Me siento contento del camino andado. Salvo por la gran ausencia de mi tierra donde nací. ¿ Pero quien soy yo para lamentar eso y pedir más de lo que se me ha dado? Siento que tengo la mano De Dios puesta sobre mi cabeza, desde niño, me siento Bendecido de Dios y esa estampita del CRISTO DE LA HUMILDAD Y LA PACIENCIA en mi cartera me lo recuerda.
