¡ay paso por vos!
Hace ya
como una década llegué a mi linda ciudad- pueblo del norte del país, Matagalpa, durante unas
vacaciones… En uno de los días me
encontré por la calle a un amigo de adolescencia y nos alegramos y nos abrazamos, y nos invitamos a comer en
el Agualcas restaurante de recuerdos para casi todo el pueblo de buen papeo y mejor trago, y nos reímos largo rato recordando vagancias confesables, pero no
viene al caso… nos despedimos ya noche, y
tanto él como yo habíamos coincidido en profesión, ocupando este aspecto
mucho tiempo de la comida. Al
despedirnos me invitó a una sesión clínica, que se celebraría en el
hospital regional a la mañana siguiente tempranito.
-Paso
por vos a los 7 de la mañana, me dijo, estate listo.
-De
acuerdo, yo estaré listo, será interesante ir con vos a esa reunión médica
- Me
desperté temprano, me bañé , me perfumé, y vestí
adecuadamente para el encuentro profesional, y me senté en la mecedora,
en la sala de la casa con puertas abiertas de par en par, a espera que se hicieran las 7 am... mi amigo,
colega y compañero, pasaría por mi sin
falta…
- Me
mecí, mecí y mecí… pasaron los minutos tras las siete, y la media hora, y la
hora, y dos horas tras la 7. En eso
acertó a pasar una hermana, y se sonrió viéndome tan
preparado.
- ¡Idiay
vos! ¿Y para donde vas tan temprano? ¿Y arregladito? me dijo con sorna.
-Le
conté el plan que ya no era… Se sonrió
primero y luego carcajeó… huuuy uyuyuy…
ese no va a pasar, aquí en Nicaragua eso es normal, me dijo riéndose
-Pero
como no va a pasar, si me dijo que a las 7.
¡ Huuyy niño! parece que no fueras de aquí. Ya no pasó, ya
no pasó, vámonos, no fregués, ese ni iba a pasar ni pasará, acompañame a hacer
unos mandados.
Pasaron
los días y alláá cuando ya eran bastantes, me lo volví a encontrar en una calle
del centro iba en camioneta, yo caminaba con tranquilidad por la acera, cuando
escuché:
Adiós hermano…
Y el tipo de gafas Ray Ban verdes espejo, tipo aviador, sonrió alegre de volverme a ver sin disminuir la velocidad del vehículo….. yo atiné a levantar la mano, con sonrisa de
pago también, y cada uno siguió su
camino…
Dr. Roberto González G.
Huelva. 27 enero 2017.
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