Serían casi las 3 de la tarde de un día caluroso del 2014, bordeando el verano, cuando salía del Hospital, tenía que caminar unos 300 metros para llegar al carro.
Por esas fechas, tenía un problema de rodilla, que me tuvo cojeando durante casi un año, y mi caminar era lento, como la del personaje que vi acercarse hacia mi en sentido contrario sobre la misma acera. Un hombre menudo, harapiento, sucio, malnutrido, cabello negro grasiento, desaliñado, moreno tostado por la fuerza del sol, su cara y pelos en ella, mostraban mas que vejez, falta de cuidado de meses, se movía despacio como con pereza o cansancio.
Este me va a pedir dinero, me dije....
Tuve intención de cruzarme de acera, pero no lo hice, seguí mi andar penoso, y cuando estaba ya muy cerquita de mi, me dijo:
-" ¿Tito, qué le pasa? ¿Qué mal camina, noooo?
-Sí, le contesté sin estar seguro de conversar. ¡Gracias hombre por preguntar! hablamos no mas de 2 minutos, no se produjo ninguna petición.. lo que me dijo ya despidiéndose fue
-Bueno Tito, que se mejore...
-¡Gracias! ya pasará, y ambos continuamos nuestro camino.
-Luego en los días lo vi muchas veces y siempre, me preguntaba por la rodilla, nunca me pidió dinero. ¡¿Tito, como va la rodilla?! me decía de largo cada vez que me veía llegar o salir del hospital cojeando...
-Aquel día del encuentro, el tiempo que transcurrió hasta llegar al carro mi pensamiento era : Que llevaba casi un año arrastrando los pies por los pasillos y pocos me preguntaron sobre ello, alguno lo hizo al principio.
* ¡Y es que amigos, la calidad humana no viste de traje y corbata.!
Dr, Roberto González G.
Gastroenterología-Endoscopia Digestiva.
Huelva- 3 de junio-2014
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